Desinflamar tu cerebro: la clave para cuidar tu salud mental

La ansiedad, la labilidad emocional, la depresión y la fatiga son condiciones que pesan como una carga sobre quienes las padecen y su entorno, especialmente entre aquellos que ya lidian con enfermedades crónicas. Estos síntomas han sido identificados como algunos de los más incapacitantes, afectando tanto la calidad de vida como la productividad de quienes los experimentan. Si bien hay muchos factores que influyen en el desarrollo de la depresión y la fatiga, cada vez más evidencia sugiere que la activación inflamatoria del sistema inmunológico juega un papel crucial en su aparición.

Investigaciones recientes han establecido una conexión innegable entre trastornos del estado anímico y la activación del sistema inmunológico como iniciador del problema. Esta conexión se manifiesta en una amplia gama de condiciones relacionadas con la activación inmune, como alergias, enfermedades autoinmunes e infecciones graves como la sepsis. Por ejemplo, estudios han demostrado que pacientes con asma tienen un mayor riesgo de depresión, y que niveles elevados de ciertas moléculas inflamatorias (citoquinas) están asociados con síntomas depresivos en pacientes con diabetes tipo 2.

¿CÓMO SABER SI ESTOY INFLAMADA?

En general los estudios utilizan en sus investigaciones marcadores que no son accesibles en laboratorio clínico general. Por este motivo en la práctica cotidiana lo que observamos es la presencia de síntomas de inflamación crónica como fatiga constante, insomnio, ansiedad y otros trastornos del estado de ánimo, problemas gastrointestinales, como estreñimiento, diarrea y reflujo ácido, úlceras en la boca, erupciones, aumento de peso, infecciones frecuentes o dolor corporal difícil de localizar. 

Por otro lado, la presencia de enfermedades relacionadas con la inflamación corroboran su presencia. Algunas de las más frecuentes son las enfermedades cardiovasculares, diabetes, obesidad,  depresión, deterioro cognitivo, hígado graso, pérdida de masa muscular, osteoporosis, fibromialgia, enfermedad renal y cáncer entre otras.

PERO, ¿QUÉ PODEMOS HACER AL RESPECTO? 

Aquí es donde entran en juego el cuidado de nuestro cuerpo y nuestros hábitos, como la alimentación y la actividad física, entre tantos otros como estrategia para bajar la inflamación. Se ha demostrado que una dieta rica en alimentos antiinflamatorios, como frutas y verduras frescas, pescado y semillas ricas en ácidos grasos omega-3, y especias como la cúrcuma, puede ayudar a reducir la inflamación en el cuerpo. Por otro lado, la actividad física regular no solo mejora el estado de ánimo al liberar endorfinas, sino que también tiene efectos antiinflamatorios, lo que puede ayudar a combatir la depresión y la fatiga.

Además de estos cambios en el estilo de vida, es importante tener en cuenta que la conexión entre la actividad inmunitaria y la alteración del estado anímico también puede influir en cómo respondemos a los tratamientos farmacológicos específicos. Por ejemplo, algunos estudios han demostrado que ciertos medicamentos antidepresivos tienen efectos antiinflamatorios, lo que sugiere que abordar la inflamación puede ser una estrategia efectiva para tratar estos síntomas. Por otro lado, otros estudios evidencian que la toma de medicación es menos eficiente en estados de inflamación intensa.

En resumen, la incorporación de estrategias para el control de la inflamación y manejo del estrés debe ser hoy un pilar en el trabajo en la recuperación y prevención de trastornos del ánimo. Incorporar buenos hábitos alimentarios, aumentar tu actividad física, el contacto con la tierra y la naturaleza, las técnicas de respiración y meditación son solo algunas de las estrategias de tratamiento a tener en cuenta.

El acompañamiento es clave en estos casos. Muchas veces estas estrategias tan necesarias son realmente un desafío de implementar debido a las características propias de los estados de ánimo alterados. Con el enfoque adecuado, es posible recuperar el control sobre tu bienestar y volver a disfrutar de una vida plena y satisfactoria. Recuerda, tu salud mental es una prioridad y mereces el apoyo necesario para alcanzarla.

Dra. Viviana Visús

Bibliografía

The Role of Inflammation in Depression and Fatigue. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6658985/

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